En este año, las empresas estadounidenses de seguros State Mutual Life Insurantes, y Guarantee Mutual Company se fusionaron, causando un impacto negativo en sus empleados, por lo que la empresa decidió implementar una campaña que propiciara la armonía y la felicidad entre su personal. Entre las estrategias implementadas estaba la de sonreír en horas de trabajo, especialmente en actividades como la atención al cliente y otras actividades que requerían interacción. La empresa también contrató al diseñador gráfico Harvey Bal para que elaborara el diseño de una carita sonriente como parte de la campaña, cuenta la historia que a Harvey Bal le bastaron únicamente diez minutos para elaborar el diseño, por el cual recibió la cantidad de cuarenta y cinco dólares. Al no haber adquirido ningún tipo de protección sobre el diseño, este fue tomado por los hermanos Murray y Bernard Spain, quienes popularizaron el emoticon al asociarlo a la venta de sus productos, incluyendo la frase “Que tengas un buen día”. Sus productos se vendieron como pan caliente y el diseño de la carita feliz se hizo famosa a principios de los años setenta al encontrarse en todo tipo de productos: camisas, tazas, botones, etc. Harvey murió sin haber protegido el diseño; sin embargo, fundó la empresa Corporación World Smile, que organiza anualmente el “Día Internacional de la Sonrisa”, con el fin de recaudar dinero para obras de caridad. Actualmente la compañía posee los derechos de autor sobre el diseño, el cual puede considerarse como el precursor de los actuales “emojis”.

Los “emojis”, por su parte, también han obtenido protección por medio de derechos de autor, dependiendo de la plataforma y de la compañía que los ha elaborado; sin embargo, buena parte de ellos pertenecen al dominio público, ya que de lo contrario se limitaría su uso en las redes y se obligaría a las empresas a crear versiones distintas de los mismos, versiones que pueden ser innecesarias debido a la alta similitud de los “emojis”, donde hay poco margen de maniobra para la originalidad, que es uno de los principios rectores de los derechos de autor.